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José María Millares Sall nace en Las Palmas de Gran Canaria en 1929. Su escritura poética presenta hoy una trayectoria literaria que obedece a dos tipos de compromisos: con el ser humano contextualizado, lo que le lleva a plantear una cosmovisión lírica social y política; y con la palabra poética, lo que le conduce a la elaboración de una expresión lírica de hondura esencial.
Descendiente e integrante de una familia ilustrada y practicante de casi todas las artes, José M.ª Millares nace en Las Palmas de Gran Canaria en 1929. Su formación fue esencialmente autodidacta, y él mismo se ha definido como mal estudiante, aunque consumado y tenaz lector. En efecto, la lectura analítica de su obra revela un caudal de lecturas que cristalizan en influencias asumidas y confesadas que se desvelan muy evidentes, tanto de contenidos como de formas, y que van, desde la devoción clasicista por el soneto, propia de la poesía arraigada de sus décadas iniciales, hasta el versolibrismo de raigambre whitmaniana o nerudiana.
Durante toda su vida activa y hasta su jubilación ejerció como administrativo. Sin embargo, su vocación poética es muy temprana, ya que en su adolescencia elaboraba versos y fraguaba revistas poético-literarias en el ambiente familiar desde la década de los cuarenta, cuando será uno de los poetas que se incorporan a la emblemática generación de la Antología cercada, en la atmósfera lírica que se respira tras la contienda civil. Autor y creador polifacético: poeta, músico, dibujante, pintor, se nos muestra como un artista de formación y vocación, por lo que subrayamos también su dedicación al dibujo y la pintura y, sobre todo, al folklore de las islas que le debe la letra y música de canciones tan populares como Campanas de Vegueta o De belingo.
Se convierte también en uno de los grandes protagonistas de la lírica canaria de posguerra, no solo por su significación poética, sino por las actividades que emprendió, en particular la que origina Planas de poesía.
«Los ojos son pequeños para ver, pero no para estar donde tú vives.»