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Juan José Cuadros Pérez (Palencia, 9 de octubre de 1926 - Madrid, 27 de mayo de 1990) fue un poeta y escritor español. Su padre, Juan José Cuadros, natural de Beas de Segura (Jaén) trabajó de funcionario técnico de Correos. En la década de 1920 estuvo destinado en Palencia y allí conoció a Josefa Pérez, palentina, de profesión maestra nacional. Se casó con ella y tuvieron cuatro hijos de los cuales Juan José sería el primogénito. Cuando Juan José tenía tres años de edad sus padres retornaron a Beas de Segura, municipio perteneciente a la sierra de Segura en Andalucía. Sus primeros estudios los comenzó en Beas hasta primero de bachillerato y en 1941 se trasladó a Baeza para continuar sus estudios en el mismo instituto donde años antes impartió clases el poeta Antonio Machado, que influyó en cierta medida en Juan José por su inclinación a la literatura.2 De joven fue buen observador, apasionado por el paisaje y el paisanaje, y pronto comenzó a dar sus primeros pasos en la poesía.En 1945 partió para Madrid y empezó a estudiar ciencias exactas en la facultad de ciencias. Luego tuvo que dejar los estudios, se presentó como opositor al cuerpo de topógrafos y sacó plaza en el Instituto Geográfico Nacional lo que le obligó a instalarse definitivamente en Madrid donde compaginaba su trabajo de topógrafo con su afición a la prosa y la poesía. En Madrid conoció a la farmacéutica Maruja Fernández de Ayala con quien se casó y fruto del matrimonio nació su única hija, Almudena. Gracias al trabajo de su mujer conoció a otros poetas vinculados con la rama de farmacia como Federico Muelas y Rafael Palma. Estos organizaban en sus respectivas reboticas tertulias con la asistencia entre otros de: José García Nieto, Santiago Amón, Ramón de Garciasol, etc.3 También fueron frecuentes sus visitas a las tertulias del Café Gijón y del Café Comercial.Tras la muerte de su madre en 1958 sintió una especial nostalgia por su tierra natal y desde entonces realizó frecuentes visitas a Palencia. Allí conoció a otros poetas y pronto se compenetró con ellos integrándose en el grupo de la revista Rocamador.4 A partir de esa fecha inició una intensa etapa de publicaciones en diferentes diarios y revistas y participó en distintas tertulias literarias. Su trabajo de topógrafo también le brindó la oportunidad de visitar prácticamente la totalidad de la geografía española.
«Por entero, por llorar su verdad, porque no quiso bajar la voz, por más que con el dedo subrayaran con sangre sus palabras, aquí nos lo tuvieron.»