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Agustín Rodríguez Fariña nace el 14 de mayo de 1929. Está casado y es padre de cinco hijos. Cursó estudios de Bachillerato en el Instituto de Enseñanza Media de S/C de La Palma.
Ingresa como trabajador de banca en 1949 en la entidad Banesto, en la que después de promocionar laboralmente, ejerce los puestos de director de sucursal en la oficina de Santa Cruz de La Palma y la de jefe insular de zona de La Palma que desempeña hasta su jubilación tras 42 años de ejercicio profesional en 1991.
Funda la primera Asociación de Padres de Alumnos en Santa Cruz de La Palma junto con otros inquietos animadores de la renovación educativa, a mediados de los años 60.
Es fundador y animador de Juniona desde principios de los años 70. Este colectivo es la primera asociación que actúa en la isla de La Palma como precursora de las ideas de respeto y conservación de la naturaleza. No se define como organización ecologista sino como una plataforma abierta a la participación en diversas actividades vinculadas en la promoción del medio ambiente: denuncia de distintas situaciones de agresiones al medio; interceder ante personas, responsables públicas e instituciones para abordar problemas de diversa índole sobre cuestiones ambientales; y hacer un trabajo de concienciación de personas, desde los más jóvenes hasta aquellos con cargos de responsabilidad.
Cabe destacar, en este sentido, su papel de animador de voluntariado y colaborador social con el medio ambiente.
Colaborador asiduo desde los años 60 como articulista en periódicos como Diario de Avisos, El Día y La Voz, escribiendo sobre todo tipo de temáticas destacando de ellas las relacionadas con la naturaleza, los senderos y la conservación de la isla, problemas de actualidad, proyectos a realizar y leyes en estudio que afecten a La Palma, de información general y crítica. Al tiempo, estudioso de la economía, una de sus grandes pasiones, y resultado de ello las numerosas colaboraciones periodísticas que versan sobre esta materia.
Aficionado a la fotografía, a través de cuyos fondos ha surtido y dado imagen a una innumerable cantidad de charlas y proyecciones; divulgando los valores naturales y culturales de La Palma, los rincones, los paisajes y el amor por la naturaleza. Esta tarea abnegada ya altruista ha contribuido a la iniciación de jóvenes generaciones en la educación ambiental y al conocimiento de los recursos y potencialidades que la isla posee.
Es una persona de la base. En permanente contacto con los políticos y responsables públicos sin ostentar responsabilidad pública alguna. Consejero, constante e invisible, vigilante de oportunidades, aciertos y errores. Entre sus lemas: “sembrando, deseando que hubiera cosecha aunque no la hubiera”, “queriendo pasar desapercibido,…estando detrás”.
Miembro del Patronato del Parque Nacional de la Caldera de Taburiente desde su constitución en 1959.
Ha sido miembro del Patronato de Espacios Naturales de La Palma desde su origen hasta 1999 y continuó asistiendo durante años aunque sin derecho a voto. A lo largo de más de 50 años de andar a pie por La Palma recopila información y elabora el primer inventario de todos los caminos existentes en la Isla. Muchos de ellos los recuperó y adecentó para el uso público “a base de enderezarse en zarzas y salir sangrando”.
A poco de estrenar su edad de jubilación y la disponibilidad de tiempo se lo permitió escribió el libro Por los caminos de La Palma, con la pretensión de “hacer descubrir que el camino es algo más que un sitio para caminar”.
Este libro, editado por el Cabildo Insular de La Palma, describe media docena de caminos con una somera información sobre botánica, biología, geología….Pretende trasladar la información que se cuenta de la Isla haciendo del camino un vehículo de interpretación de la cultura, la historia, tradiciones, etc., tomando como base leyendas, fechas, anécdotas, características de la zona y el lugar.
También escribió el libro El último auarita que no es solamente una novela de ficción, sino también pretende ser un documento histórico y tomar como base hechos protagonizados por distintos investigadores, arqueólogos e historiadores de finales del siglo XV y principios del XVI. Trata de los últimos años del pueblo auarita, un colectivo libre e independiente. Esto se entrelaza con el comienzo de la nueva era, que nace con la conquista de Alonso Fernández de Lugo de la isla Benahoare, que pasó a denominarse San Miguel de La Palma.
Desde finales de los 70 uno de sus preocupaciones prioritarias es la necesidad de señalización de los caminos. Por ello, desarrolla unas referencias metodológicas a través de las cuales localiza todos los caminos. En fechas recientes anima a los responsables del Cabildo Insular a acometer un plan de señalización, que una vez tomado en consideración por la institución, se ha convertido en una realidad, no sin diferencias en cuanto al procedimiento de ajuste.
Empecinado de la recuperación de cualquier arteria de comunicación, dispone, por él recopilada, de la información para materializar una guía de pistas con toda suerte de detalles y aspectos de interés; promoviendo en esta ocasión, acciones a favor de la señalización de las mismas.
Fue promotor, a mediados de los 70 del Centro de Iniciativas y Turismo de La Palma, en cuyo reglamento se abogaba por un turismo del que la Isla no resultara dañada. Después de una primera etapa en esta organización y dado su carácter sectorial se retiró.
Fue miembro en el Patronato de Turismo de La Palma desde su origen, al inicio de los 80. En todos estos ámbitos ha sido un insustituible partícipe y constante animador de los debates de mayor trascendencia para la Isla: Plan Insular de Ordenación del Territorio, Plan de Residuos Sólidos, etcétera.
Es miembro fundador del Foro de Debate XXI de La Palma (1999), organización ciudadana que aglutina el pensamiento crítico respecto al modelo de desarrollo para la Isla y supone el referente social entorno a los debates de proyectos insulares de desarrollo sostenible.
También fue promotor, en 1999, de la Comisión de Medio Ambiente de la delegación de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Santa Cruz de Teneife en La Palma, en la que se trata de incidir en el sector empresarial con propuestas de gestión adecuada de problemas ambientales; y a través de la que se han efectuado campañas educativas con la edición de un vídeo de cuyo guión es autor, carteles, etc. Supone un ámbito de presencias en el que se encauzan y solicitan acciones y respuestas por parte de quien competa.
De su habitual caminata de los sábados con un nutrido grupo de excursionistas amigos, de una constancia y método envidiable, ha ido recopilando un material de incalculable valor que, una vez sistematizado, tomó forma de publicación como la Guía de los Senderos de La Palma, un volumen próximo a 400 páginas, en la que se describen y documentan 128 caminos de los cuales 19 han sido las arterias principales de comunicación de la Isla. Acompañado de planos, fotografías, indicaciones de flora, fauna, datos históricos, interés geológico, consejos prácticos de seguridad, normas y conducta en la naturaleza, etcétera, es la primera guía que en su género se realiza sobre la isla de La Palma, más allá de las habituales guías turísticas.
Luchador por la participación e implicación de la población en la defensa de nuestro acervo natural, Agustín es la consciencia de los caminos de La Palma.
Hoy a sus 84 años, sigue caminando semanalmente con un grupo de amigos a los que les une el amor hacia la naturaleza y el disfrute al caminar por los senderos de La Palma.
Senderismo en la isla de La Palma