Doce lunas de Eros

Vértigos de la piel desconocida.
Nuevos nombres
confundidos con gestos
que recuerdan
un primer día entre las mariposas.»
 
Doce lunas de Eros tiene su origen en una agenda de color verde, en cuyo interior dibujos y fragmentos de textos eróticos invitaban a nuestra autora a escribir algo más que “dentista a las nueve “o “llevar el abrigo a la tintorería”. Por eso desechó el práctico recordatorio de los olvidos y empezó a escribir pequeños poemas que, mezcla de deseos, realidades, fantasías y esperas, rozan el complicado y atrayente laberinto de los cuerpos, no importa si ofrecidos o esquivos. Los versos de Cecilia Domínguez sugieren más que descubren, avisas más que muestran. La sensibilidad del posible lector hará el resto.