Amanecida y paseo del mago

Abrir los ojos al amanecer y extrañar, de repente, lo que nos rodea, no significa haber extraviado la memoria, sino una invitación a un paseo por las costuras del tiempo, un paseo que no es más que la superación de la propia memoria, la abolición de la delgada frontera entre la historia de la comunidad y la íntima biografía. 

Deja que la luz

que con sosiego labraron

pequeñísima luz los de antes

—los tuyos—

asome y sea

y vaya el iris revelando

entre el aquí y el allá

en esta frontera.