Asombrosas aventuras

El segundo libro de Ismael Belda, Asombrosas aventuras, es un artefacto más oscuro que su anterior entrega, La Universidad Blanca. Es, por así decirlo, un largo vistazo a un tenebroso espejo que reflejase una larga curva de espejos sucesivos y cada vez menos visibles. Mediante la amalgama entre poesía lírica y narrativa —entre las que asegura no encontrar verdaderas diferencias—, Belda construye una peculiar versión poética de la anamórfosis (esa antigua técnica que requería un espejo especial para enderezar imágenes incomprensibles) indagando en las irremediables transformaciones que tienen lugar al traspasar ciertas fronteras: cómo los pensamientos se transforman en sueños, la memoria en ficción, las cosas en palabras, los rostros familiares en paisajes, las palabras en tiempo y en soledad, los sueños en experiencia, la experiencia y otros detritus en poesía, la vida en muerte. Y viceversa. Asombrosas aventuras es también una colección de voces de vivos y de muertos que se reúnen a tener ciertas conversaciones en oscuras esquinas de la memoria y la imaginación del autor mientras este se encuentra distraído y que, en su libro, a menudo se mezclan y confunden en un mismo poema.